Kazol
Me llamo Kazol Rekha. Vivo en el distrito de Gaibandha.
Fotógrafo: Wahid Adnan/Drik, Bangladesh
Me llamo Kazol Rekha. Vivo en el distrito de Gaibandha.
En el 2003 me caí de una silla y la parte inferior de mi cuerpo quedó totalmente paralizada. Desde ese día intenté diferentes tratamientos de médicos y otros, pero mi afección no mejoró.
Tenía una buena vida antes del accidente, como todo el mundo. Fui al colegio y me casé. Pero después de mi accidente mi marido me dejó. Las actitudes de la comunidad también cambiaron. Me convertí en una carga adicional para la familia de mi hermano, dado que tuvieron que gastar mucho dinero en mi tratamiento. Antes, me trataban de forma afectuosa, pero después del accidente, dejó de ser así. Me sentí muy triste.
La gente de GUK, una organización local, me encontró y me ayudó. Me proporcionaron una silla de ruedas, que me ha ayudado con mi movilidad. Me ayudó mucho usarla en la comunidad.
Antes de la silla de ruedas, tuve problemas de acceso a agua e instalaciones sanitarias de forma segura: me resultaba imposible acceder a la bañera y al inodoro. Necesitaba que me ayudaran al menos dos personas para llevarme al inodoro y a la bañera. La llegada de la silla de ruedas y la rampa de acceso a la bañera y al inodoro fue algo verdaderamente importante para mí.
Recibí formación en costura en GUK. Compré una máquina de coser y he recibido pedidos de los vecinos del pueblo para hacer artículos de ropa y vendérselos. Con todos estos cambios, no siento más que sea una carga en la familia; en la comunidad la gente me trata bien.
Soy presidenta del Comité del Distrito para casos de Desastre. También soy líder de un subcomité de higiene durante las inundaciones. Tengo que ayudar a la gente a entender cómo mantener los alimentos limpios para que no sean afectados por gérmenes. Tenemos un sistema de alerta temprana, y nos aseguramos de que las personas con impedimentos del habla y de la capacidad auditiva sepan cómo funciona el sistema de alerta para ellos.
Cuando llegan las inundaciones, tenemos que prepararnos: almacenamos alimentos secos y leña. Hacemos una lista de médicos con sus números de teléfono; utilizamos esa lista durante las inundaciones si resulta necesario. Planificamos asimismo cómo rescatar a las personas con discapacidad durante inundaciones y a qué refugio llevarlas, con inodoros accesibles.
Antes de estos comités, éramos muy vulnerables. Cuando el área se veía afectada por inundaciones, nadie se molestaba en preocuparse de las personas con discapacidad; se nos abandonaba completamente y quedábamos indefensos dado que todo el mundo tenía prisa por irse. Sin embargo, ahora hemos creado una lista de personas con discapacidad en el área. Sabemos dónde vive cada persona con discapacidad de manera que podemos tomar medidas inmediatas para evacuarlas.
Siempre tenía miedo ante la posibilidad de inundaciones, pero ahora sabemos qué hacer, así que he dejado de tener miedo. Si hay inundaciones, puedo afrontarlas. Me siento orgullosa del papel que desempeño en la comunidad: la gente no sabía qué hacer y ahora estoy ahí para ayudarles a aprender. ¡Me hace sentir bien!