Gilbert
Soy Gilbert, vengo del Distrito Norte de Sandema Builsa, en la parte norte de Ghana.
Nací con una discapacidad. Mi discapacidad es parálisis cerebral y me ha afectado de muchas maneras diferentes. En primer lugar, ha afectado a mi capacidad de movimiento y también me ha causado exclusión social, especialmente a nivel familiar.
Entre las cosas en las que mi familia me ha impedido participar está mi educación. No se me permitió participar en el colegio ni que me enseñara un profesor.
Además, nunca me he vacunado contra nada e incluso cuando estaba enfermo, no se me permitió ir a un hospital.
Realmente tenía un muy mal concepto de mí mismo… si nuestros padres nos discriminan, cuidando apropiadamente de mis hermanos y no cuidando de mí debido a mi discapacidad, ¿significa eso que he dejado de ser considerado un ser humano? Pensé: ¿qué fin tiene mi vida?
Tenía 15 años cuando dije, bueno, basta ya, soy más fuerte que mis circunstancias. Así que salí y empecé a cultivar arroz.
Sandema RBC, (una ONG local) tuvo conocimiento de mi situación y empezó a trabajar conmigo. RBC es uno de los proyectos que realmente me ayudó a saber que puedo convertirme en dueño de algo.
Tenía 20 años cuando empecé a participar en programas de formación vocacional. Logré graduarme y luego me convertí en maestro gracias a la instrucción vocacional recibida.
Por lo que respecta a casarme, mi padre me dijo: “En lo concerniente a ti, Gilbert, tendrás que olvidarte de casarte porque nadie va a querer darte la mano de su hija”. Sin embargo, cuando encontré a mi mujer, fui a mi casa y se lo dije a mi padre; había logrado encontrar una compañera.
Fui la primera persona con una discapacidad en celebrar una boda en la región. Eso era algo que nunca antes habían visto. Mucha gente confirmó: hay verdaderamente un cambio. Porque las cosas que solían ver acerca de las personas con discapacidad han cambiado y mi boda lo ha dejado claro.
Ahora soy presidente de las Organizaciones de Personas con Discapacidad (OPD) de todo el distrito de Builsa Norte. Mi función se centra en garantizar que las personas con discapacidad sean realmente incluidas en todo; asegurarme de que las personas con discapacidad también se sientan como cualquier ser humano.
Voy a emisoras de radio y les cuento lo que pueden hacer las personas con discapacidad. Le dije a la gente en la radio: miren, la discapacidad ha dejado de suponer un impedimento vital para nosotras y nosotros; lo que hace que resulte un impedimento es la actitud de la sociedad. Sentado aquí, puedo decir que ninguna de mis piernas me duele; lo que me causa dolor en el corazón es la actitud de la gente.
Necesito educar a la gente con discapacidad para que sepa que no hay ninguna afección que anule a una persona. Toda contribución es importante. Es necesario compartir con otros el don que hay en mí. Necesito aportar mi granito de arena, a pesar de que haya un número tan grande de profesores. Puede que no tengan mi talento. Uno tiene que tener el coraje de contribuir al desarrollo del distrito, la comunidad y la sociedad en general.
Soy un hombre feliz, me siento muy orgulloso y siempre estoy preparado para hacer cualquier cosa dentro de mi capacidad. Fotógrafa: Erin Johnson, Ghana © CBM Australia 2014